Descripción
Hasta hace algunos años, los estudios de política local hacían referencia a los mecanismos de intermediación y articulación con lo nacional, cómo se ejercía el poder delegado, cómo se restablecía el orden y luego de un conflicto faccional interno, o cómo actores emergentes con nuevas identidades se movilizaban con el fin de obtener reconocimiento y cierto reacomodo social. En la actualidad somos testigos de múltiples microprocesos de reordenamientos políticos bastante dinámicos e inestables, en los que los actores locales, haciendo uso de muy diferentes medios y recursos, buscan acceder al poder y en ocasiones mantener o conservar cierto nivel de convivencia que les permita reproducirse socialmente a la vez que dar respuesta a los diferentes problemas que les presenta el modelo neoliberal contemporáneo, tales como la inseguridad, inestabilidad social y carencia de oportunidades de movilidad. Dentro de este modelo y en la fase actual, la disputa por los recursos para obras públicas de los ayuntamientos, por ejemplo, se ha vuelto un eficaz impulsor de las divisiones y los conflictos faccionales e interpartidarios. Pero también, como ha quedado claro en los últimos años, el ingreso de recursos de procedencia ilícita en las campañas y en las estructuras políticas se ha vuelto una constante en muchas regiones del país. Así, en este libro nos interesa mostrar esos aspectos enrarecidos de la relación entre las instituciones del Estado y el quehacer político local, y sus efectos en los dominios, las prácticas políticas y las normativas involucradas. Identificamos estos asuntos bajo el amplio cobijo del término lenguajes. Con ello nos referimos, de manera muy amplia, a prácticas comunes, significativas y mutuamente comprensibles entre actores sociales enfrascados en tratos sutiles y recurrentemente matizadas de entendimiento y relación, que a esquemas rígidos de interacción, parecen estar mostrando sus límites.
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