Descripción
El mundo simbólico de Filippo Picinelli está dividido en dos orbes: uno celestial o natural, creado directamente por Dios (libros I-XIII), y otro terrenal o artificial, creado también por Dios sólo que a través de la mano del hombre (libros XIV-XXV). Así en la primera parte de la obra se encuentran libros dedicados a los cuerpos celestes, los cuatro elementos, los dioses y hombres, los animales, las plantas, las gemas y los metales; y, en la segunda parte, se hallan libros consagrados a las partes de los edificios, a los instrumentos eclesiásticos, domésticos, mecánicos, matemáticos, musicales, agrícolas, entre otros.
En el mundo natural se ubican Las aves y sus propiedades (libro IV). Picinelli por medio de las aves desea que sus lectores conozcan la naturaleza, aprendan de ella y a través de ella descubran las claves del mundo y puedan descifrar los signos por medio de los cuales se manifiesta Dios. En este sentido el águila, el cisne, el fénix, el avestruz, la urraca, el papagayo, el murciélago, la garza, entre otras sesenta aves más, se presentan ante el hombre como modelos de virtud o de vicio que se deben seguir o rehuir en la "vida terrenal", el acercamiento a estos especímenes le dan la posibilidad al hombre de volar y aproximarse a lo más alto, a la perfección. Además del mensaje didáctico-moral que se presenta en los seiscientos ochenta y seis emblemas que componen Las aves y sus propiedades, Picinelli da noticia de la existencia, fisonomía, comportamiento, carácter, propiedades medicinales y simbolismos de algunas aves, todas estas referencias apoyadas en autoridades de la historia natural antigua, medieval y moderna.
Esta traducción pone al alcance de los estudiosos una importante herramienta de consulta y análisis con la cual se podrá dilucidar los emblemas referentes a Las aves y sus propiedades en la producción artística y literaria de los siglos XVII y XVIII en Europa y América.
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