Descripción
En 1564, algo más de un año después de escribir el 4 de febrero de 1563 su agresiva Memoria en contra del obispo don Vasco de Quiroga, el franciscano fray Maturino Gilberti, francés, prominente evangelizador de Michoacán, se encontraba en el apartado pueblo michoacano de Peribán, como guardián del monasterio de su orden. Lo sabemos por una breve declaración que asentó a finales de agosto de 1564, al rendir testimonio en defensa de las autoridades indias del pueblo, en el pleito judicial con su encomendero Antonio de Luna, que los quería seguir obligando a pagar tributo en mantas de algodón, pese a que el algodón no se cultivaba en la región, como argumentaban los naturales de Peribán y con ellos fray Maturino. Este libro -bien documentado y al mismo tiempo ameno- sigue algunos de los caminos que se cruzaron en este encuentro, alianza y compromiso del padre Gilberti con los indios del pueblo de Peribán.
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