Descripción
En este trabajo se analiza, desde distintas ópticas, el proceso educativo en las poblaciones del Estado de México. En primera instancia se examina el aparato burocrático del gobierno -ampliado y perfeccionado- fundamentalmente durante el régimen del gobernador José Vicente Villada (1889-1904). Para echar a andar el proyecto liberal de gobierno, basado en el progreso y en la modernización, era imprescindible reformar la administración pública. Desgraciadamente el nivel más bajo de gobierno, el ayuntamiento, era débil e ineficiente como institución política y disponía de pocos recursos económicos. Uno de los aspectos novedosos que se tratan en este libro es el estrecho vínculo que había entre la cosecha agrícola, el impuesto de instrucción y la calidad educativa. Todos los habitantes del Estado de México mayores de 18 años tenían la obligación de pagar un impuesto de instrucción, de cuyo monto dependían la calidad de la escuela y la categoría del maestro. A mayor cantidad recaudada, mayor calidad de plantel y maestros más preparados. Es decir, en una buena o mala cosecha es que se cifraba la posibilidad de que los habitantes erogaran o no la cantidad estipulada por el gobierno, convirtiéndose así los avatares agrícolas en uno de los principales elementos que determinaron el éxito o el fracaso del proyecto educativo.
El gobierno mexiquense fue el único que destinó, durante tantos años consecutivos, la mayor parte de sus recursos al impulso de la educación primaria, instrumentando uno de los proyectos educativos más destacados de la nación.
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