Descripción
El debate a propósito de la destilación prehispánica es relativamente reciente. Nuevos descubrimientos así como el uso de nuevas tecnologías para el análisis de evidencias arqueológicas sugieren procesos químicos mediante los cuales es posible demostrar la captura del espíritu de una sustancia en un proceso de condensación. No obstante ello, las bebidas espirituosas mexicanas como el tequila, el mezcal, el bacanora, el sotol, el raicilla o la charanda no tuvieron un único origen ni siguieron la misma trayectoria.
En este libro la respuesta a la pregunta sobre los orígenes de la destilación de las bebidas espirituosas pone el acento en la historia y en la geografía como factores explicativos del porqué en ciertas zonas de confluencia fue posible destilar mientras que en otros lugares no. En consecuencia, el planteamiento se aleja de algunas pretensiones de establecer superioridad a las sociedades destiladoras frente a aquéllas que recibieron o se apropiaron de esta práctica a través de otros grupos.
En lugar de una preocupación por demostrar el origen de la destilación en lo que actualmente es México, me interesa poner en valor el hecho de que se trata de una importante zona de confluencia de tradiciones, puesto que lo mismo se encuentran evidencias de lo que comúnmente se conoce como destilador arábigo, de la alquitara o alambique cabeza de moro, así como de los destiladores chino, mongol y filipino, hasta convertirse nuestro país en un centro de innovación a partir de esas influencias.
Jose de Jesús Hernández López. Durante más de dos décadas se ha dedicado al estudio de los impactos sociales y ecológicos de la producción de bebidas espirituosas en México, particularmente del tequila. En 2018 coordinó la actualización del Plan de Manejo del Paisaje Agavero y las Antiguas Instalaciones de Tequila, Patrimonio Mundial por la UNESCO. Desde 2023 coordina proyectos relacionados con la transición agroecológica y el desarrollo comunitario en la DOT Tequila.
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