Descripción
Habituados a juzgar la enfermedad mental como un asunto de salud pública, a encontrar en el manicomio el destino obligado de los enfermos mentales y a ver en el Estado su tutor por excelencia, sorprende que en el mundo novohispano la locura haya vivido en solución de continuidad con la cordura. El estudio de las concepciones sobre la locura y de las relaciones entre locos y cuerdos en el barroco novohispano, muestra cómo el enfermo mental, en un mundo religioso, pone a prueba las relaciones con Dios, pero también con los hombres; el problema de la salvación eterna obsesiona tanto como los vínculos de solidaridad tradicionales.
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